Una nube oculta el terreno y
Grafito s/papel de seda, antiguas láminas y papel de seda efímero. Dibujo e instalación en suelo.
Medidas totales 200 x 70 x 100 aprox.
2020
La figura de la nube remite a un no lugar abstracto y etéreo, donde la falta de concreción en su forma, alude al imaginario del pensamiento y conocimiento. Así es como la nube se viste de metáfora para ocultar el ruido de lo matérico, y así aflorar aquello indescriptible que realmente nos construye.
Por un lado, el conjunto se constituye mediante una serie de dibujos en los que parajes literarios esconden antiguas láminas dedicadas a las nubes, y de esta forma se desvelar de manera ficticia y poética lo inefable de la vida.
Por otro lado, una suerte de confeti oculta el espacio del suelo en la sala expositiva. La forma de este confeti, simula, en forma y fondo, las partículas de agua que conforman a las nubes. Pues como bien se reflejó en un estudio científico de 2016, la forma principal de los cristales de hielo que conforman las nubes son hexagonales y van transformandose poco a poco.
La obra "Una nube oculta el terreno y" posee un juego de ocultaciones en sintonia a la forma de las nubes, una figura meteorologica que sirve para revelarnos los verdaderos valores tras lo matérico.
En 2016, la revista Physical Chemistry Chemical Physics publicó los resultados del estudio que científicos de varias universidades estadounidenses hicieron para averiguar la formación de una nube. En el laboratorio, los científicos recrearon el nacimiento de una nube y bajo el microscopio electrónico, descubrieron la creación de micro cristales de hielo, los cuales a montones forman la nube y que, cuando su peso ya no permite estar en suspensión, baja en forma de lluvia a la tierra. La forma de dichos cristales de hielo es hexagonal y va transformándose y redondeándose, variando en forma y tamaño dependiendo de las variantes de la atmosfera y la altitud.